INNOVACIÓN ¿SER O NO SER?
Ser o no Ser, esta es la
cuestión que muchas empresas actualmente se están haciendo.
En estos momentos de tanta
incertidumbre e inestabilidad económica, las empresas debemos más que nunca
hacer una profunda reflexión interna y tener definido un plan estratégico que
nos guíe y ayude a tomar decisiones y trazar un camino recto y seguro.
Para innovar es necesario hacer
un esfuerzo adicional, sembrar para luego recoger, por lo que en los momentos
actuales y con los niveles existentes de competitividad, parece claro que el
futuro de la empresa que no vaya por la senda de la innovación se verá
cuestionado.
Navarra, sigue estando en las
primeras posiciones en el ranking nacional en cuanto a I+D+i, pero debemos
compararnos no con quienes tenemos más abajo sino con los que están mejor
posicionados que nosotros en Europa, en EEUU o en Asia. Y en esta comparativa
nuestra Comunidad no sale tan bien parada.
Pero, ¿porqué hay tanto recelo
en las empresas a Innovar?
Innovar no sólo significa acometer
elevadas inversiones asociadas al desarrollo de nuevos productos, nuevas
instalaciones o maquinaria, también se puede innovar haciendo un análisis
exhaustivo de nuestros procesos actuales, detectando sus carencias, ineficacias
y actuando sobre ellas. Y para ello es más importante el talento y la
experiencia. Cuántas veces una buena idea, bien estructurada, desarrollada y
con poca inversión, nos ha supuesto grandes mejoras. Eso también es innovar.
No debemos por tanto, al menos en
nuestro principal tejido empresarial formado por pymes y micropymes, asociar la
innovación a elevadas inversiones. Esta creencia nos lleva a una actitud de
excesivo conservadurismo que a la larga no hace otra cosa que hacernos perder
competitividad frente a nuestra competencia, cada vez más globalizada, y, en
definitiva, crearnos una inseguridad a futuro. Estos años de crisis nos están
obligando a las empresas a pensar, a analizar, a estudiar con detalle nuestros
procesos y actividades. En definitiva, a optimizar.
Desde nuestra experiencia como
consultora, asesorando a empresas tanto navarras como nacionales, intentamos
que nuestros clientes mejoren el conocimiento y la gestión de sus compañías,
sus procesos tanto internos como externos y, en definitiva, sus productos y
servicios. Una vez que somos conocedores de dónde están nuestras debilidades y
amenazas, pero también qué oportunidades nos ofrece el mercado y cuáles son
nuestras fortalezas, toca el momento de sentarse y utilizar el cerebro para
innovar.
La innovación no sólo se debe
asociar a los procesos industriales o productivos, también se debe trasladar a
otras áreas de la empresa: compras, logística, marketing, administración, etc.
La participación en determinados
proyectos puede llevar a la empresa a mejorar la eficacia de su gestión con la
creación de sistemas de gestión corporativos, aplicaciones informáticas para un
mayor control de sus procesos o simplemente reducir los costes por ineficacias
a través de estudios y programas de análisis y mejora.
En definitiva, resultará muy
efectivo realizar actuaciones adaptadas al tamaño y los recursos de cada uno
con un denominador común: aprovechar al máximo la experiencia y el talento de
nuestros profesionales y sumarlo al de nuestros clientes, para que entre todos
encontremos la solución más adecuada, rentable y viable.
Por: Juan Oiza, socio director de
QI Oiza & Asociados
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