Investigar en Educación y Tecnología en el S. XXI

martes, 3 de marzo de 2015


 

¿Cuáles son los temas fundamentales a investigar y difundir en Educación y Tecnología en el S. XXI?¿Qué? ¿Acerca de qué? ¿Cómo? ¿Para qué investigar?

Integremos un grupo de trabajo internacional para intercambiar puntos de vista acerca de las temáticas y áreas de interés que deberían abordarse en Educación y Tecnología en el S. XXI. Compartamos resultados y contribuyamos al desarrollo de nuevas propuestas y proyectos.


Si investigar acerca de Educación o de Tecnología, como dos grandes áreas del conocimiento humano es complejo, investigar acerca de Educación y Tecnología, vistas como una conjunción, implica otras consideraciones, que en el siglo XXI, con sus múltiples posibilidades, cobran especial importancia.

Para iniciar un intercambio, planteo brevemente algunas consideraciones al respecto:

El aprendizaje y la instrucción.
¿Qué es el aprendizaje? ¿Qué es la instrucción? ¿Qué significa un modelo centrado en los alumnos? Entre los intereses que más se aprecian entre los investigadores en educación, especialmente en ámbitos de la psicología educativa, se encuentra el cómo saber si la instrucción (la forma) afecta en el aprendizaje y por lo tanto, en los resultados. 

Algunas de las perspectivas para la investigación acerca del aprendizaje y la instrucción, son el enfoque conductista, el cognitivo y el contextual (Mayer, 2010). Asimismo, Mayer (2010) distingue tipos de procesos cognitivos, de conocimientos, y factores en el proceso de enseñar y aprender; destaca cuatro características de la investigación científica en educación: predicciones contrastables, métodos adecuados, conclusiones lógicas, y escrutinio constante. 
¿Cómo distinguir una moda pasajera, de propuestas con fundamento científico, en las prácticas en educación?

La educación a distancia.
Entre los ámbitos más discutidos en cuestiones de educación y tecnología, se encuentra el de la educación abierta y a distancia, que actualmente cumple ya más de 150 años (García Aretio, 1999). Algunas experiencias en el nivel universitario comenzaron en la Universidad Abierta del Reino Unido (The Open University) en 1969; en México, la Universidad Nacional Autónoma de México, aprobó los Estatutos de su Sistema de Universidad Abierta y Educación a Distancia (SUAyED) en 1972 (SUA, 2014); ese mismo año, en España surge la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) a través de un decreto (García, 2006).
¿Qué se ha investigado acerca de la educación a distancia? Tanto la búsqueda de acuerdos respecto a su definición, como la identificación de sus metas, indicadores, efectividad y buenas prácticas, han sido por décadas algunos de los elementos a investigar. Hoy en día, con nuevas opciones tecnológicas y planteamientos didácticos, se observan ciertas orientaciones. 
En el ámbito anglosajón, Bozkurt y colaboradores (2015) estudiaron las tendencias en el campo de la investigación en educación a distancia, realizaron un análisis descriptivo y de redes en 861 artículos publicados en siete revistas arbitradas entre 2009 y 2013. El estudio se organizó en: métodos teóricos y marcos conceptuales, variables, métodos, modelos, estrategias, recolección y análisis de datos, y participantes. En cuanto a aspectos teóricos y de bagaje conceptual, los resultados destacan diez temas, los primeros de la lista son las comunidades de aprendizaje, el aprendizaje colaborativo, el constructivismo, el conectivismo, el aprendizaje híbrido, la teoría de la distancia transaccional, y el aprendizaje móvil. 

En la mayor parte de las investigaciones analizadas, los autores utilizaron métodos cualitativos (47%), enseguida cualitativos (37%) y finalmente mixtos (16%), asimismo, también la mayoría (43%) utilizó a las encuestas como instrumento para recolectar información. Respecto al análisis de datos cuantitativo, casi por igual se usaron métodos descriptivos (51%) e inferenciales (49%), de los diferenciales, la mayor parte (85%) fueron paramétricos y en particular análisis de varianza, prueba t, correlación, análisis de factores, regresión, análisis de confiabilidad, y solamente en tres casos ecuaciones estructurales. 

En las investigaciones que se apoyaron de análisis cualitativo, se empleó el análisis de contenido, temático y del discurso. En cuanto a las variables, se encontraron 17 categorías, las más estudiadas fueron percepción; satisfacción, género, interacción y motivación. El nivel en que se aplican los estudios es en su mayor parte (31%) en el nivel licenciatura y posgrado, y relativo a académicos.
Otra fuente de investigaciones son las tesis doctorales, respecto a las cuales García & García (2014) realizaron un estudio descriptivo longitudinal retrospectivo en el que examinaron 183 documentos presentados entre 2004 y 2011 en 11 países y 32 universidades de América Latina, primero mediante un análisis descriptivo para analizar tendencias y necesidades de investigación a distancia en este nivel educativo y enseguida para analizar las referencias bibliográficas que indican las citas de los trabajos. 
En los resultados, los autores señalan que no hay cambio significativo en las áreas de investigación a lo largo del periodo revisado e identificaron dos áreas como susceptibles de ser desarrolladas en la educación a distancia. El 53% de las tesis se centraron en el nivel medio, de las tres categorías revisadas (micro, medio y macro) según la clasificación de Zawacki-Richter (2009), donde destacan dos subcategorías: “nuevas tendencias de la tecnología dentro de la educación a distancia” e “interacción y comunicación en las comunidades de aprendizaje”, así como respecto a las características de docentes y alumnos. En las subcategorías de “Calidad” y de “Servicios al estudiante” las tendencias se mantuvieron en los periodos revisados. Por el contrario en el caso de “Diseño instruccional”, “Gestión y organización” y “Costes y beneficios” se vieron disminuidos. En dos subcategorías no se encontraron tesis: “Investigación en educación a distancia y transferencia de conocimiento” y en “Acceso, equidad y ética”.
En lo relativo a las citas, García & García (2014) encontraron que la mayor parte (38.93%) corresponden artículos de revistas, seguida de libros, capítulos de libros, otros, actas de congresos y en mucho menor porcentaje (0.31%) tesis doctorales. 
En general, los autores mencionan que si bien existe amplia investigación respecto a la aplicación de la tecnología a la educación, se precisa profundizar en ella. 

¿El diseño instruccional ha perdido relevancia? ¿Contrario a la educación personalizada el planteamiento de estructuras lineales y estandarizadas se impone en la práctica? ¿La educación a distancia de tipo empresarial se impone sobre la universitaria?

“Los Medios” y la “Nuevas tecnologías” y las “TIC-TAP-TEP”
En la década de los 90 se intensificó el interés por el uso de “medios audiovisuales” en el aula, una tendencia que se inclinó a destacar la recepción crítica de los estudiantes, a la forma de “ayudar a desvelar la no transparencia de los medios de comunicación, a conocer el entramado ideológico que los sustenta, a reconocerse como audiencias que pueden disfrutar del juego que proponen los medios sin que esto signifique la pérdida de su capacidad crítica” (Aparici, 1996). 
Después, y con el surgimiento de Internet, el interés se reorientó hacia la “Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación” diferentes medios de comunicación utilizados en el aula, donde se aprovecha como recurso didáctico (todavía) a la televisión, la radio, los audiovisuales, el video, el Internet, la videoconferencia, el correo electrónico, los programas de ofimática, el hipertexto, los blogs, el software libre, entre otros, y se promueve el uso y diseño de multimedia. Así, en ese momento, “de las cosas que vamos sabiendo sobre el impacto y la influencia de nuevas tecnologías en los contextos educativos, es que la estructura organizativa en la cual se inserten, va a condicionar no sólo su eficacia, sino también la diversidad de las formas en que puede ser utilizado”. (Cabero, 2007)
Llega la época de las llamadas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), la web 2.0, las Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento (TAP), y las Tecnologías del Empoderamiento y la Participación (TEP) (Reig, 2011). ¿Finalmente no son todas TIC?

¿Qué viene?
El informe Horizon 2015 para educación superior señala como tendencias que se adoptarán en un corto plazo (en uno o dos años)  la evolución del aprendizaje en línea y el replanteamiento de los espacios de aprendizaje, para orientarlos hacia una mayor interacción (smart roms), cara a cara mediante dispositivos como pantallas y conexiones web, también prevé el aumento de las analíticas de aprendizaje, el aprendizaje adaptativo, la mezcla de herramientas síncronas y asíncronas, y nuevas formas de enseñanza y aprendizaje, como el caso del aula invertida, desde un paradigma de aprendizaje activo.
Desde hace varios años, el mencionado Informe plantea que es inminente la entrada de varias tecnologías y formas de promover la enseñanza y el aprendizaje, como la Realidad aumentada, la gamificación, o el aprendizaje móvil.
¿Hoy en día se aplican las prácticas y tecnologías señaladas en el Informe, en amplios sectores educativos de forma intencional o planificada? Y, en todo caso ¿Es lo adecuado para todos? ¿Por qué?

¿Y si la innovación no es suficiente?
Desde otras posturas, la propuesta es distinta: la escuela, como la conocemos, es obsoleta. Es decir, “necesitamos para el siglo 21, un nuevo marco a partir del cual todo emana: La habilidad más importante del siglo 21, es la capacidad de formarse de manera personal, y debido a ello, no es lo mismo para todo el mundo y por tanto el aprendizaje clásico debe desaparecer ya que ni tienen ni tendrá sentido” (Farnós, 2014). En las propuestas de la educación disruptiva, es preciso terminar con “los espacios de aprendizaje”, pues “el aprendizaje está en las personas” (Farnós, 2015)
Hoy en día, ¿la escuela, la universidad, no tiene sentido como la conocemos? ¿Cómo debería ser? ¿Debería seguir existiendo?

¡Participemos en la discusión!
Es muy amplio el campo para la investigación, para la experimentación y la difusión; durante décadas los investigadores han formulado teorías y propuestas, han encontrado respuestas a muchas de las preguntas que de la educación y de la tecnología se derivan, algunas concluyentes, otras por comprobarse. Sin embargo, todos los días surgen nuevos cuestionamientos, tantos como personas, con sus circunstancias, dirigen su mirada y su interés hacia el tema. 
¿Qué debemos seguir investigando? ¿Qué no es preciso seguir investigando? ¿Qué se preguntan los docentes, quienes todos los días se enfrentan a un nuevo mundo, con herramientas de uno antiguo? ¿Qué es pertinente hoy en día, donde las preguntas, y también las respuestas, las construimos entre todos?
Nuestra propuesta es integrar un grupo de trabajo, conformado por profesores-investigadores de todos los niveles educativos interesados en compartir sus propuestas acerca de Educación y Tecnología, desde la formulación de las mismas para realimentarlas, promoverlas, aplicarlas (incluso de forma compartida) y potenciar su impacto, tanto en términos de difusión como de aplicación.


Un objetivo inicial es plantear el primero de varios proyectos de investigación donde juntos establezcamos el propósito, método y alcance, y los llevemos a cabo desde nuestras regiones para después darlos a conocer de manera conjunta. Seguramente encontraremos colegas con intereses comunes.
El grupo contará con un espacio en la redCUED para entrar en contacto, y con un sitio web propio, ligado a CUED, en el cual nos apoyaremos para colaborar, publicar propuestas y resultados, y extender posibilidades.
Si quieres participar en el grupo “Investigar en Educación y Tecnología en el S. XXI” escribe a vquijada@red.unid.mxn con tu nombre, intereses y correo, o solicita acceso desde la redCUED en el grupo Investigar en Educación y Tecnología en el S. XXI

Por: Verónica del Carmen Quijada-Monroy. @veronicaquijada  

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